La historia comienza con el regreso de Fernando a su
lugar de origen, Medellín, Colombia. Desde el inicio, el protagonista presenta
a su país como un espacio lleno de violencia, manchado de sangre y expresa que
ya no lo considera suyo, sino ajeno.
Durante esos días en su ciudad
natal, un amigo suyo le presenta a Alexis, muchacho de 17 años, igual de joven
que los otros muchachos metidos en aquel grupo de sicarios. No transcurrió mucho
tiempo para que ambos se involucraran de una manera más íntima y comenzaran a
vivir juntos. Alexis se convirtió en el niño de sus ojos, su único amor y su “ángel
exterminador”, por matar a todo aquel que fastidiara a Fernando, desde a un
taxista grosero que no quiere apagar el radio, hasta su propio vecino que ponía
música molesta.
Fernando y Alexis se acostumbraron
tanto a la compañía del otro, así como también al estilo de vida que se tenía
en aquel lugar. Se adaptaron a la normalidad que se sentía leer el periódico
anunciando a todas las recientes muertes, y al mismo tiempo poder escuchar por
el radio toda la violencia que se estaba viviendo en ese momento, o hasta era
algo cotidiano escuchar o presenciar algún delito. Tan viva se encontraba la
violencia, que cada hombre podía adquirir su propia arma y los habitantes
salían con miedo de sus hogares.
El título hace referencia a la
Virgen Auxiliadora, también conocida por “La Virgen de los sicarios”, la cual
era muy visitada y requerida. Dichas personas no rezaban con la intención de
arrepentirse por sus pecados o por lo menos sentir culpa, sino para que ella
los siguiera ayudando con todo el trabajo pendiente.
Finalmente, así como Alexis terminó
con la vida de varias personas, alguien terminó con la suya. Fernando sufrió su
pérdida a pesar de estar consciente de que en un ambiente así, eso iba a
ocurrir en algún momento. Posteriormente, aún con la mente y el corazón llenos
de tristeza, Fernando se encuentra con un muchacho llamado Wílmar, el cual no
tarda en ocupar el lugar que solía tener Alexis. El protagonista no tardó mucho tiempo en
enterarse que aquel muchacho con apodo de “La Laguna Azul”, fue el sujeto que mató
a su ángel exterminador. Por mucho que quiso idear un plan para matarlo,
prefirió perdonarlo y lo convenció de irse a vivir lejos juntos. Fernando lo
estuvo esperando en su apartamento, pero fue hasta la mañana siguiente que lo
llamaron de la morgue para identificar el cuerpo de Wílmar.
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