Sólo quedan los recuerdos de ella cuando salía a correr cada mañana y cada noche, cómo regresaba a su casa y pasaba tiempo con su familia. Aún se recuerdan las salidas con sus amigas por las calles, las risas que no tenían fin. Se recuerdan los días cuando no sentía miedo. Sobre todo, aquella noche donde ella confió en un hombre que le prometió llevarla a casa y no lo cumplió. Eran días confusos, donde las calles se llenaban de sangre y la sociedad observaba para después apartar la mirada. Las personas encajaban cada vez más en este mundo tan cruel y violento, era imposible ver belleza en los lugares donde el ser humano habitaba. Ella se alistaba, siempre se tomaba el tiempo necesario hasta sentirse lo suficientemente linda para su novio, quien solía hacer comentarios hirientes sobre su aspecto. Le prometió a su mamá llegar antes de las dos de la madrugada y salió de su casa. A altas horas de la noche no se encontraba un alma por las calles, los restaurantes procuraban cerrar ante